Le llevó un rato alcanzar el lugar en el que Antea permaneció sentada todo el tiempo, asegurándose de nuevo la venda. Hiram había hecho un buen trabajo con el feo corte, y aunque tras aquella maniobra peligrosa escocía horrores, no se habían abierto los puntos que había dado con el material del kit de primeros auxilios Tauri que había sacado de su chaleco, y que de nuevo portaba con ella. Se apartó cuando la alcanzó su posición para dejarle un trozo de espacio en el saliente para que se sentara a tomar aire.
- Supongo que no es un buen momento para decirte que no me gustan las alturas.- Antea le miró arqueando las cejas.
- Eres piloto ¿Eso no es un poco raro?
- Soy muchas cosas… Y he dicho que no me gustan, no que me den miedo.
- Ah, ¿pero sientes miedo? Dado tu historial temerario, es bastante decepcionante.
- Intrépido, no temerario. Hay diferencia.
- Bueno, hay un trecho bastante grande de aquí allá arriba.- dijo señalando con la vista el pequeño menhir suspendido en el aire.- Si no quieres pensar en ello siempre puedes distraerte dando respuesta a mis preguntas.
- Prefiero las alturas a las preguntas.- dijo él mirando la hornacina y el espejo dentro de ella.