martes, 8 de marzo de 2016

PUNTO DE NO RETORNO por Antea


En realidad la idea fue de Scar...

Aún fueron necesarios varios ajustes hasta que estuvo todo listo. Mientras se preparaban los últimos detalles de la extracción y la fuga seguí participando en algunas misiones en el comando como líder del SG-2.

Intentaba fingir que nada pasaba comportándome como una buena soldado tal y como siempre lo había sido, obedecer  y servir ciegamente sin apenas pensar en ello. Pero nada había sido igual desde mi vuelta, a veces intentaba pensar en que quizás hubiera alguna solución para compatibilizarlo todo pero en mi interior sabía que la realidad era otra y que me enfrentaba a un punto de no retorno.

En verdad el comando había cambiado, ya apenas coincidía con mis antiguos compañeros. Lammer había encajado bien, cada vez tenía más soltura en las misiones extraplanetarias y sin duda tendría un gran futuro, Alfonso seguía liderando su equipo y pocas veces coincidíamos y Tarik...ni siquiera sabía dónde estaba Tarik ¿cómo nos habíamos podido distanciar tanto?

Cuando Hiram me avisó de que lo tenían todo a punto supe ya no había marcha atrás. Eché un último vistazo a mi pequeño despacho siempre lleno de papeles con un montón de informes de misiones sobre la mesa y a unas pocas estanterías con mis libros de arqueología entre los que sobresalía algún que otro recuerdo de ciertas misiones. Tan solo me llevé mi antiguo cuaderno de viajes que guardaba desde muy joven. Era demasiado importante para mí como para dejarlo. Me encaminé hacia el ascensor que llegaba a la superficie.


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- ¿Todo bien?- me preguntó Hiram al verme volver a la cabina del piloto.

- Sí, la cápsula aguanta a la perfección y las constantes están correctas y estables- me senté de golpe en uno de los pequeños asientos.

- Tienes mala cara ¿Has podido dormir algo?

- Scar me dio una especie de té raro ¿anoche?- se hacía difícil distinguir el tiempo después de llevar tantas semanas en el espacio- sabía horrible pero me ayudó a descansar, no te preocupes. Por cierto ¿dónde está?

- ¿Scar? anda configurando el panel de cristales ahi detrás para hacer el último salto. Toqueteando como a él le gusta, ya sabes, se le da muy bien...como con las videoconsolas, tendrías que verle jugar.

- No sé muy bien ni cómo hemos conseguido llegar hasta aquí- dije apartando unos cables sueltos que colgaban por encima de mi cabeza- esta nave es una auténtica cafetera volante.

- No es de mis naves favoritas pero fue la única que pudimos encontrar con un sistema de teletransporte intacto y cápsulas médicas, lo importante es que Zelda esté bien.

- ¿Quién es Zelda?- dije confundida

- En serio ¿cómo puedes llamarte Lara y saber tan poco de cultura friki de tu planeta? Zelda, la princesita, pequeña, rubia...como Amelia.

- Vaaale- dije levantándome y poniéndole la mano en el hombro- te prometo que algún día me pondré al corriente de todas esas cosas.

Scar apareció en la cabina con el pelo revuelto y las ropas llenas de manchas de grasa.
- Las coordenadas están fijadas, se me resistió uno de los paneles- dijo limpiándose las manos en un trapo casi más sucio que él- este viaje promete ser movidito mejor que te sientes Antea. Entramos directamente en el satélite.

- Sé que ese era el plan pero ¿de verdad que es posible?- dije abrochándome el desgastado cinturón.

- Oh si- contestó despreocupado Hiram- no hace mucho lo vi en una peli de Star Wars, la verdad es que se acercaron bastante a lo que pasa en rea...

- Aficionados- interrumpió Scar y accionó la palanca de la hiperpropulsión.
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La entrada fue brusca y sin contemplaciones como si una potente ola te diera de lleno en la cara dejándote unos segundos sin respiración pero aguantamos, la nave aguantó y la cápsula aguantó.
Durante los días siguientes nos dedicamos a peinar a fondo la zona. Tal y como dijo Scar el satélite estaba desierto y las instalaciones se mantenían limpias y pulcras como congeladas en el tiempo. El misterioso cazarecompensas nos guió a través de los edificios y habitaciones donde cada uno de nosotros se estableció lo más cómodamente posible, no en vano íbamos a pasar mucho tiempo allí. Jamás le pregunté por qué o cómo conocía la existencia de aquel lugar aunque creo que en algún momento empecé a imaginarme la respuesta pero no me permití dudar de sus intenciones por lo que nunca  cuestioné sus instrucciones.

Es bastante difícil poder explicar lo que ocurrió después, lo primero fue poner a punto varios laboratorios. Hiram no participaba demasiado en la investigación pero nos mantenía seguros ante posibles visitas indeseadas y nos abastecía con sus idas y venidas.
 Quizás lo más extraño fue volver a tener los recuerdos de Kadesh. Las sesiones eran monitorizadas por Scar y con los datos extraídos de su propia investigación a raíz de lo que Mauty le enseñó pudimos ir completando las piezas del puzzle. La secuencia genética que conseguimos con la incursión a la nave de Dastan fue por suerte suficiente y se manipuló para poder darle viabilidad en mi cuerpo. En un par de meses comprendimos que el proceso había tenido éxito.

Mientras el embarazo seguía su curso Scar acondicionó varios laboratorios más para comenzar a construir el aparato de enlace neuronal. Le ayudé en todo lo que pude hasta que mi movilidad por mi estado se volvió más reducida. Hiram se negaba a que me mantuviera cerca de, como él lo llamaba, "cerebro" en los últimos meses de gestación y recuerdo que programó holográficamente algunas  de las salas del complejo con diferentes paisajes de Malrrum. En  muchas ocasiones me acompañaba paseando por habitaciones que simulaban montañas o playas y el océano. Nunca podré agradecerle lo suficiente su ayuda.

Finalmente llegó el día del parto. A esas alturas ya no me asombraban los conocimientos médicos de Scar, sabía quién era en realidad aunque nunca dije nada , si era su secreto no sería yo quién lo desvelara. El bebé nació sano y perfecto, recuerdo escuchar a Hiram paseando arriba y abajo fuera del quirófano y mostrar una radiante sonrisa cuando lo vio por primera vez, creo que nunca le vi tan sinceramente feliz.

Esperamos unos meses más para sacar a Amelia de su cápsula de estasis. Fue el día más difícil de mi vida, Scar intentaba calmarme asegurándome que "cerebro" era seguro para ambos pequeños pero yo únicamente podía pensar en que si algo malo les pasaba no podría soportarlo. Deposité con mucho cuidado a Matthew en una de las vainas, era un bebé muy tranquilo y se quedó muy quieto mirándome con sus preciosos ojos color miel mientras cerraba el cristal por encima de él. Según Scar la única manera de ayudar a Amelia y curar su deterioro era "anclarla" en nuestra dimensión y para ello necesitábamos a alguien lo más similar a ella posible, en este caso su hermano de pocos meses y evidentemente con Barlas como padre. Cuando la idea iba tomando forma parecía una locura pero Matthew sería como una potente luz, como seguir un faro hacia la orilla y nosotros habíamos construido un camino para ella.
Amelia fue colocada inmediatamente en la otra vaina y Scar accionó casi al instante la interfaz de "cerebro". Recuerdo agarrar fuertemente el brazo de Hiram y rezar, rezar como nunca lo había hecho hasta entonces.
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Presente, superficie del planeta Tyr

- Espera, no corras tanto.

- Es que llegamos tarde ¡ya se ven las luces del aro!

- Vale, vale, ve tú pero baja la colina con cuidado, no puedo ir tan deprisa con tu hermano en brazos...

El horizonte resultante se estabilizó y vimos como Hiram lo cruzaba. Amelia se transformó en  una mancha de cabellos dorados desordenados bajando a toda prisa hacia la puerta y cuando llegó se lanzó con toda su fuerza contra el Tok´ra que la levantó en volandas. Tras hablar unos segundos vi como volvía hacia mi corriendo con algo en las manos y una sonrisa de oreja a oreja.

- Mamá, mira lo que el tío Hiram me ha regalado- dijo casi sin aliento tras la carrera- es una nave espacial! pone No...nor...man...Normandy. ¿Es una de las naves en las que viajasteis?- preguntó abriendo enormemente los ojos.

- No cielo- dije sonriendo- pero Hiram le tiene mucho cariño sin duda, quédate un rato con tu hermano ¿quieres? he puesto una manta un poco más arriba sobre la ladera.

-¡Vamos Matt!- dijo mientras lo cogía en brazos- algún día cuando el tío Hiram me enseñe a pilotar te llevaré en una nave como esta.

Bajé la colina hasta  la puerta

- ¿Cuál será la próxima, el Halcón Milenario?- le dije mientras le abrazaba.

- Sabes que no me puedo resistir a su carita de ángel, me tiene conquistado- contestó- ¿cómo han ido estos meses? te veo muy bien- dijo retirándose como algo extrañado.

- Es que estoy muy bien, este lugar me gusta Hiram.

- ¿Qué tal con Loreena, es amable con vosotros?

- Es una mujer excelente, nos ha acogido como si fuéramos de la familia y me ayuda mucho con Matthew. No sé como agradecéroslo.

- Bueno una vez la salvé de que un goa´uld le hiciera su anfitriona, supongo que me debía una. ¿Fuiste a ese trabajo del que me hablaste? cuéntame mientras paseamos un rato.

- Sí, la gente de aquí sigue extrayendo mucho mineral, gran parte de su economía se basa en ello y con las excavaciones se han empezado a descubrir asentamientos de los primeros habitantes así que ¿qué mejor que una ex soldado-arqueóloga de otro planeta para catalogar lo que se encuentra?

- Seguro que lo harás genial, siempre has sabido ganarte a la gente con la que trabajas.

Suspiré hondo.

- Es posible. Creo que aquí podemos continuar con nuestras vidas- dije mirando al lugar donde jugaban los niños- En la Tierra hubiera sido demasiado complicado...

- Lo sé, no creo que les gustara mucho que nos llevásemos a Amelia de aquella manera y si hubieras vuelto con Matthew probablemente hubieran querido saber demasiadas cosas.

- Le hubieran tratado como a un animal de laboratorio y eso no lo podía permitir, tú sabes que hay mucha gente buena en Tauri pero como raza aún nos queda mucho por mejorar.

- Eso me recuerda algo que te he traído- y sacó un aparato rectangular de su chaqueta de piloto granate- es un aparato de comunicación tok´ra manipulado para aumentar su alcance con tecnología Tollana, solo quedan unos pocos en la galaxia tras la desaparición de su mundo hace unos años. Úsalo en el exterior si alguna vez necesitas que venga con urgencia, ah y no mires directamente a la luz...es muy potente.

- Gracias ¿te quedarás hoy un rato?

- No puedo Lara, tengo algo que investigar. Scar está un poco paranoico últimamente y me ha mandado un mensaje de lo más criptico así que voy a ver qué narices le pasa. Subiré a ver a Matt y me marcho. Tal vez pueda venir a visitaros dentro de unos meses.

- Nos encantará tenerte de visita amigo mío.

Minutos más tarde desde lo alto de la colina vimos como Hiram cruzaba de nuevo el Stargate para desaparecer hacia una nueva de sus aventuras. Nos quedamos esperando hasta que el sol empezó a caer, era un sitio realmente precioso y antes de que anocheciera comenzamos el regreso hacia casa.

Hacia nuestro nuevo Hogar.





2 comentarios:

  1. Genial, es que sencillamente sin palabras. Toda la atmósfera me envuelve en esa nueva Antes.

    Tarik

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    1. Muchas gracias!!! Me alegro mucho de que te haya gustado, un besazo!! ^^

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