martes, 19 de mayo de 2015

RETORNO por Elsara



Kadesh

De nuevo me encontraba admirando los grandes mares de Malrrum. Cerca del Stargate, en aquella pequeña cala, única superficie sobre aquel planeta acuático, sentía en cada poro de mi piel que necesitaba cambiar. Aquello no me satisfacía, aquel cuerpo era hermoso, es cierto, y fuerte, pero tenía una mente que luchaba por salir y además, para mis propósitos como Goa´uld, estaba mas que comprometido. Todo lo acaecido hasta entonces solo me había demostrado una cosa. Que para avanzar, debía cambiar.

Nirtti se enroscó alrededor de mis tobillos con su suave pelaje negro hasta que la cogí en brazos y le arrasqué con suavidad las orejas, sacando de ella un ronroneo. Me dirigí de nuevo al palacio, subiendo por la gran escalinata, cuya balaustra eran las rocas donde se erigía el hogar que compartía con Mauty. Mauty, ella tenía la respuesta a lo que buscaba. Si, pediría ayuda a la que había sido su mentora.

Por los largos pasillos llegué a la sala Luminara, encontrando allí a Mauty, tomando un té recostada sobre los cojines del suelo, buscando un poco de paz en el juego de luces que se alzaba en la bóveda acristalada que se alzaba en el centro del palacio de Malrrum, como si cientos de luciérnagas jugasen en ella. Los cojines que se distribuían por el suelo invitaban a tumbarse y descansar y en algunas mesas bajas había tazas de té o pequeños recipientes aromáticos. Dejé a Nirtti en el suelo con suavidad y me senté junto a ella.

- Querida, llevas muchos días muy callada. –me ofreció una taza de té la cual cogí sin abrir la boca salvo para beberlo- Veo que vas a seguir así.
- Mauty…
- Lo sé querida, lo sé desde hace mucho tiempo. No estás satisfecha y te comprendo. Te puse en ese cuerpo para no someterte a un éxtasis prolongado a la espera de conseguir lo que buscabas.
- ¿Cómo…? –parecía haberme leído el pensamiento.
- ¿Recuerdas el incidente que nos comentó Ram´ses de aquel intruso?
- Sí, y si mi sospecha es cierta, es uno de tus clones ¿verdad?
- Así es, pero es un clon especial, he logrado cumplir tu deseo, pues he creado un clon sin memoria genética, sin una red sináptica definida en su memoria, mentes puras en blanco.
.


- Un cuerpo sin mente.
- Así es, solo carne y huesos. Aunque para ser francos, muy superiores a cualquier espécimen conocido por nosotros.
- Siendo tú su creadora que menos. Deben de ser unos especimenes excepcionales.
- Acompáñame –dijo levantándose de sorpresa.

Acompañé a Mauty por los pasillos hasta llegar a los laboratorios principales, donde se abrió ante nosotras una cámara que yo no había visto hasta entonces. En ella, varios tubos de tamaño considerable ocultaban en su interior, suspendidos en un líquido brillante pero traslucido, y conectados con cables a la base y al techo del tubo, una serie de cinco cuerpos, femeninos todos ellos, a cada cual mas espectacular. Había una variedad completa.

Uno era rubio, alto y de facciones regulares pero de una belleza inusitada, de cabellos largos y manos finas.
Otro, de cabellos mas cortos y castaños tenía facciones orientales pero igual de hermosas que el anterior.
El siguiente de tez oscura como el ébano con unas medidas más voluptuosas y de unos ojos de un intenso verde.
Otro era alto, con el cabello negro azabache y la tez clara, pero con una superior belleza, su nariz era más fina y sus ojos de un color azul intenso, sus orejas pequeñas y sus proporciones ideales.
El último era singular en su totalidad. Aunque sumamente más bello, era parecido al de mi anfitriona, el cabello rizado y entre castaño y rubio, su rostro era distinto, por supuesto, con una mezcla de lo que los tauris denominarían europeo y asiático, sin tener todas las características de cada uno, sino una mezcla armoniosa de ambos.
Todos ellos eran altos, atléticos, y si Mauty decía la verdad está vez, y tenia toda la pinta de ello, tenían lo más importante para mí, la carencia de una mente residual.

-Como puedes ver te he dado donde elegir. Si lo que deseas es dejar ese cuerpo, olvídate de tomar otro a la fuerza, como sé que no deseas, o de un tanque de éxtasis. Lo que estas viendo es lo más avanzado que tengo en genética, exceptuando a mi anfitriona. Todos ellos, aunque parezcan normales aki, tienen todas las habilidades que puedas desear como Goa´uld, así como carece de defectos que poseen los cuerpos normales.
- ¿Todos ellos carecen de mente?
- No son mas que carne y huesos Kadesh, esta vez puedes creerme.
- Te creó Mauty, te creo.

Me acerqué a los tanques, queriendo observar más de cerca cada uno de los cuerpos que tal vez, me albergarían un día no muy lejano. Una idea cruzó por mi mente en ese momento y me volví hacia Mauty, que me observaba curiosa.

- ¿Qué fue del Tok´ra que ocupaba este cuerpo?
- Te dije…
- Me dijiste muchas cosas que no eran del todo ciertas, si no tus verdades a medias. Si el cuerpo conservó la mente, también conservarías el simbionte ¿verdad?
- El simbionte original, por desgracia, no sobrevivió al proceso de clonación. –aun con esa noticia, Mauty se sonrió con esa sonrisa que indicaba que algo rondaba su mente- pero sus “hermanos” están en perfecto éxtasis.
- Entonces es que planeabas algo con ellos ¿verdad? Todos los conocimientos que tenía el Tok´ra esta en ellos –acaricié el cuarto tanque- Toda una ventaja sobre la Tok´ra.
- ¿Acaso tenias algo planeado para ese cuerpo y su antiguo simbionte?
- Para nada, es verdad que me daría algo de lastima malgastar este cuerpo, dejarlo morir sería una pena, pero tampoco es algo que me afecte en demasía. –la miré sonriendo y golpeé suavemente el tanque con los nudillos- Este.

Mauty me sonrió también y en unos minutos estábamos riendo en aquel laboratorio, nuestra risa no daba miedo, pero tenía un tinte malvado por el que se nos distinguía.


Elsara

Seguía cayendo, en una caída sin fin en aquel pozo de la inconsciencia en la que se hundía mi mente, dejando mi cuerpo a merced de un Goa´uld. Aquel grito mudo que aún salía de mi garganta tomó voz de improviso, sacándome de aquel pozo a tal velocidad que sentí todo mi cuerpo estremecerse de dolor. Estaba despierta, consciente. Me miré las manos. Estaba despierta, había recobrado el control de mi cuerpo. Pero… ¿Y el Goauld?

- Ya no está vieja amiga. –la voz de Meleikas en mi cabeza me sobresaltó- Tranquilízate, Sabes quien soy. ¿No?

Era la voz de Meleikas, sentía a Meleikas dentro de mi una vez más, aunque la sensación era ligeramente distinta, pero sin duda, era él. Aquello significaba que volvía a ser una Tok´ra y que el Goa´uld había abandonado mi cuerpo.

- Pero… ¿Cómo…?

Miré a mi alrededor. Estaba en una sala ricamente amueblada, con un gran ventanal y una puerta cerrada. A su lado, un panel Goa´uld. Me levanté de inmediato y me derrumbé presa del mareo. Me sujeté a la cama para levantarme, esta vez más despacio y me acerqué al ventanal. Lo que vi me sobrecogió sobremanera. Ante mi, hasta donde alcanzaba la vista y seguramente más allá, un inmenso mar color azul profundo. Estábamos en lo alto de un roncal y a lo lejos, en una diminuta cala, el Stargate.

- Malrrum –susurré, casi temiendo decirlo.

No podía ser otro lugar, no había otro mundo acuático con Stargate que fuera como aquel. Estaba en el planeta de Mauty. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y algunas imágenes, borrosas e inconexas, como de un sueño mal recordado me vi hablando con aquella odiosa Goa´uld. ¿Significaba entonces que había permanecido como Goa´uld a su servicio? ¿Qué Goa´uld me había poseído? ¿Por qué me había abandonado sin matarme y me había vuelto a implantar a Meleikas?

- Eso no puedo decírtelo amiga mía, porqué no lo sé. Sólo recuerdo que nos volvieron a la vida con un sarcófago, de ahí en adelante, es solo oscuridad. Una Mujer de gran belleza, pero de mirada fría, me implantó de nuevo en ti hace unas solo unas horas.

La Voz de Meleikas en mi cabeza me hizo marearme y tuve que sentarme de nuevo en la cama. Me percaté entonces que iba vestida con un sencillo traje blanco largo pero de tejido fino, y sobre la cama, una capa negra. ¡La Capa! La había visto en mi sueño, en lo que pensaba que era mi purgatorio. Yo era aquella sombra que rondaba mi cuerpo. Estaba confusa, no comprendía muy bien aquello, me dolía terriblemente la cabeza.

- Meleikas –dije suavemente- ¿Cómo podemos estar seguros que esto no es una trampa? ¿Cómo podemos saber que no volveremos a traicionar a los nuestros volviendo como ya hicimos cuando estábamos bajo en influjo de Akatbatan?
- Eso no lo sé Elsara, solo sé que volvemos a estar juntos y que, sobre todo, da igual es destino, hemos de alcanzar el Stargate y marcharnos de este maldito lugar.
- Tienes razón Meleikas. Pero… -al levantarme las piernas volvieron a temblarme- ¡Maldita sea!
- Tal vez yo pueda ayudarte.

Esa voz desde la puerta me sobresaltó haciéndome perder de nuevo el equilibrio. Ante mí, un hombre ni viejo ni joven, calvo pero no feo, se acercaba a la cama con una tranquilidad pasmosa. En un nuevo flash, le vi hablando conmigo también, pero aquel hombre no era un Goa´uld, no sabía porqué, pero no lo era. Aquel alzó la mano junto a mi rostro y sonrió al ver que apartaba el rostro con miedo, esperó a que lo levantase de nuevo con temor, y con un leve destello, hizo que me sintiera mejor en breves momentos. ¡Aquel hombre era un antiguo! O lo que conocíamos por antiguo.

- Tu huésped aún está débil, no ha podido curarte como es debido. Si lo deseas, puedo acompañarte sin riesgo hasta el Stargate.
- Pero… ¿Por qué iba a hacerlo? –por toda respuesta obtuve una sonrisa- No parece un prisionero de Mauty.
- Ah, veo que sabes donde te encuentras. Y no, no soy un prisionero de Mauty, soy un invitado. Pero si deseas aceptar mi oferta para guiarte para salir de aquí, debemos darnos prisa. –se levantó y cogió la capa, invitándome a ponérmela- Así pasaras desapercibida por los sirvientes de Mauty.
- ¿He usado esta capa como Goa´uld?
- Veo que tus recuerdos están intactos.
- No –me apresuré a decir mientras me ajustaba la capa- son imágenes sin sentido mezcladas, pero recuerdo que en mi sueño, me veía como Goa´uld, y si estoy viva, esa es la respuesta.
- Estas en lo cierto, no sé mucho de ti, salvo que te vi un par de veces en compañía de Mauty.
- ¿Sabe lo que soy ahora?
- Una Tok´ra a punto de escapar –dijo sonriendo y abriéndome la puerta- un detalle mas. –me tapó la cabeza con la capucha, casi no veía donde iba, solo mis pies y la espalda de aquel hombre.
- Podemos fiarnos Elsara, no es Goauld, no parece tener malas intenciones. –me susurró Meleikas.

Caminamos por el palacio, las pocas veces que me atreví a alzar la mirada vi como los Jaffas y sirvientes con los que nos topábamos se inclinaban a nuestro paso. Tal vez creían que seguía siendo Goa´uld. Llegamos a una inmensa terraza y sentí un pelaje en mis tobillos que me sobresaltó. Era una gata negra.

- Tranquila, no te hará nada, se llama Nirtti. –me indicó aquel hombre saliendo a la terraza. Me incliné un momento y le rasqué suavemente la cabeza.

Seguí al hombre hasta el borde de la terraza y vi como en un extremo, se abría un acceso a una escalinata de mármol, oculta de la vista por su balaustra de roca, que conducía hasta la cala que había visto antes desde la habitación.

- Aquí me separo de ti, puedes bajar sin temor y marcar donde desees, en estos momentos Mauty está en los laboratorios y no se dará cuenta de la activación del Stargate.
- Pero… cuando descubra que me he ido.
- No temas por mi, soy un invitado, recuerda. –una vez mas una sonrisa cruzó su rostro y se apoyó en la pared, esperando que comenzase mi descenso.

Durante un segundo dudé, pero al final, mis pies comenzaron a bajar la escalinata, apresuradamente al principio, pero luego más despacio, no quería llamar la atención corriendo como una loca por allí. Cuando llegué a la pequeña cala, vi el DHD sin vigilancia, y no me extrañó, pero el Stargate… ¡Estaba en medio del agua! A pocos metro de la orilla, pero en medio del mar irremediablemente. Tras un segundo de incertidumbre recordé que aquello solo era una treta, se podía caminar hasta el Stargate, Akenathon y Mauty me habían arrastrado por allí antes de mandarme a Karane. Me acerqué al DHD y antes de marcar miré hacia arriba, pero no se veía la terraza, donde un Elros me miraba expectante mientras una Mauty con la gata Nirtti en brazos le observaba desde atrás.

- ¿Ya se ha ido?
- Está dudando donde marcar, pero no te preocupes, se irá.
- Bien. Debo darte las gracias por ayudarme en esto, si la hubiera dejado marchar sin mas, habría sido sospechoso.
- No te preocupes –dijo este quitándole importancia con un ademán de la mano- Solo me tiene intrigado porqué no la has matado. –como única respuesta a una pregunta de la que seguramente sabía la respuesta, pero quería corroborarla, obtuvo una sonrisa y una frase en voz queda.
- No estaba de humor para matarla, además, así, sufrirá mas, créeme, la conozco.

Dudando, descarté desde un primer momento los planetas importantes para mi, Siwa totalmente descartada, Tauri imposible y Hatti ni pensarlo. Pensé, busqué en mi maltrecha memoria algún punto neutral donde todas esas razas pasaran, a la espera de saber que había pasado durante mi muerte, y saber si era seguro o no volver. Cuando el horizonte se iluminó di un primer paso temerosa por el agua, pero cuando noté una superficie me sostenía, lo crucé sin dudarlo. Vi como Camelot se abría ante mi cuando una descarga de Zat me tiró al suelo inconsciente. Un Xarly/Pay´tah y una Laura/Halle asombrados me dieron la vuelta y se quedaron mirándose, sorprendidos.

- No me lo creo. –dijeron al usonimo. 

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